Cuando se usa Qi Gong para sanar, requiere una percepción previa de la consciencia corporal, primero de uno y con la práctica de lo que ocurre en el otro.
Canal: Nosotros no sanamos, ni curamos a nadie, ni pretendemos hacerlo. Nos convertimos en un canal que recepciona energía y la transmite, estableciéndose un contacto entre dos entidades: una que limpia y emite energía (emisor) y otra que recibe la energía (receptor). Nos olvidarnos de nosotros convirtiéndonos en un canal, un tubo por donde se recibe energía y se transmite.
Contaminación: El emisor puede contaminar al receptor a diferentes niveles: energético y psicoemocional, de hay la importancia alcanzar un estado neutro y centrado, para emitir con la mayor pureza posible.
Limpieza: Es importante antes de iniciar la sa- nación de otro ser, que estemos nosotros sanos y limpios, pues el canal al transmitir al receptor, puede contaminarlo si previamente no se ha limpiado y se ha ajustado. Limpiar al receptor antes de transmitirle energía es funda- mental. Para ello realizaremos los pases correspondientes, siguiendo la ley de curación de Hering.
Carga: Es muy importante que antes de realizar el proceso de sanación estemos cargados de energía. Si estamos bajos de energía es necesario cargarnos previamente con las técnicas enseñadas en la clase de Qi Gong. Si estamos descargados se produce un trasvase energético desde el receptor al emisor (al revés de lo que se pretende), restándole energía a la persona que supuestamente se va a recargar, ya que igual que con los vasos comunicantes, el que más tiene cede al que menos tiene, por ello, el emisor debe estar cargado y conecta- do.
Conexión: Enraizarse y conectar con la tierra desde los pies (R1 Yong Quan), y con el cielo desde la cabeza (Vg20 Bai Hui), aprovechando el flujo de energía de Chong Mai, que conecta Tierra y Cielo, usando el canal Chong Mai (canal central) tanto para la conexión como para la emisión.
Ser operativos: Pegamos la lengua al paladar, conectamos con el canal central y activamos la Orbita Microcósmica, poniéndola en movimiento… Dejamos que la Fuerza haga su trabajo primero en nosotros, cuando nuestro Qi se armoniza, lo habitual es sentir un escalofrío suave en la nuca y/ o una sensación cálida en el corazón. Es entonces cuando estamos disponibles para emitir Qi por las manos (P8 Lao Gong), sin hacer ningún símbolo o ritual previo, pues estamos conectados al Canal Central de la Luz Clara, que solo requiere de nuestra disponibilidad y presencia.
La energía de la tierra que sube por los pies y llega al tórax, donde se encuentra con la energía del cielo que baja, y entonces la energía fluye libremente hacia las manos, desde donde emitimos energía, tanto desde las palmas, como des- de los puntos Ting en cada dedo.
Emisión: Wu Wei (sin ofrecer resistencia y desapegado). El emisor, sin control sobre la energía que emite y sin expectativa alguna, deja fluir el Qi hacia el receptor, cediendo la energía que éste necesite, permitiendo que nuestra energía fluya hacia la persona. Podemos intuir/sentir que necesita más energía en una parte del cuerpo con- creta, y sin pensar, colocamos las manos allí donde nos lleva el sentir.
Sabremos cuando el proceso de transmisión ha terminado, ya que el campo del receptor nos informa del tiempo de la transmisión, de su evolución y de cuando volver… Al terminar lávate bien las manos con agua corriente unos minutos.
Recepción: Tumbad@, se abandona a la experiencia, manteniendo una respiración consciente. En lo posible con una actitud contemplativa: observar pensamientos sin apegarnos a ellos, dejándolos pasar.
La Sanación Qi Gong es un no hacer, es Wu Wei (no interferir, fluir), es una forma sencilla y natural de transmitir energía, como lo han hecho los sanadores toda la vida, incluso Emmanuel o Jesús de Nazaret, que no necesito usar símbolos ni «kanjis». Puedes aplicarla en ti, cuando tengas alguna molestia o dolor, y a partir de tu experiencia, usar este conocimiento en familiares y amigos, sin necesidad de ningún ritual de apertura.
