Bases científicas de que somos y emitimos energía y que esta energía es el reflejo nuestro estado físico y mental
Fritz-Albert Popp
Profesor de física de la universidad de Marburgo (Alemania). Biofísico alemán descubridor de la COMUNICACIÓN CELULAR.
Los fotones son partículas de luz que el organismo absorbe, almacena o emite. Los fotones nos llegan del sol, y nuestras células también lucen: producen por sí mismas biofotones que participan en la coordinación de su funcionamiento, según el biofísico Fritz Albert Popp, pionero de la investigación en biofotónica y candidato en su momento al premio Nobel. Mediante la emisión de biofotones al núcleo (DNA) de la célula, Popp establece que:
Las ondas magnéticas sostienen la vida, expresan el diálogo de las células entre sí (transferencia de información), siendo por tanto fundamentales para el sostenimiento de la salud.
Se le ocurrió que el emisor podría ser corrector de frecuencias, partiendo de que el sistema vivo tenía que mantener un delicado equilibrio de luz.
Popp descubrió que las emisiones de luz se- guían ciertos patrones, ritmos biológicos de 7, 14, 32, 80 y 270 días (Ritmos biológicos), en que las emisiones eran idénticas, incluso después de un año. Analizó y vio que pacientes con cáncer, en todos los ca- sos, las emisiones de los pacientes habían perdido los ritmos periódicos naturales y también su coherencia. Las líneas de comunicación interna estaban alteradas. Prácticamente estaban apagados.
En cambio en pacientes con esclerosis múltiple ocurría justo lo contrario era un estado de excesivo orden. Un exceso de armonía cooperativa impedía la flexibilidad y la individualidad. Los pacientes estaban tomando demasiada luz y esto impedía que las células pudieran hacer su trabajo. Literalmente se ahogaban en luz.
También estudió los efectos del estrés, en un estado estresado el ritmo de emisión de biofotones aumentaba, creando un mecanismo de defensa diseñado para intentar devolver el equilibrio al paciente.
A partir de estas experiencias, Popp determinó que la emisión de biofotones era una especie de corrección que el sistema viviente activaba, para corregir las alteraciones. Así mismo concluye si el ADN usa frecuencias de todo tipo como herramienta de información, esto sugiere un sistema de retroalimentación con una comunicación perfecta a través de las ondas que codifican y transfieren la información, en lugar de un sistema de errores fortuitos, gobernados por la casualidad. Con estos resultados se empezaba a explicar la capacidad regenerativa del cuerpo. Así mismo se podría explicar el fenómeno de los miembros fantasma. Sensaciones de calambres, dolores, cosquilleos, sensaciones físicas que hace sentir que un miembro amputado aun está presente.
Después de varios estudios en animales y plantas, Popp descubrió que además las emisio- nes tenían un propósito externo al cuerpo. La vitalidad y la calidad de un alimento pueden ser determinadas a partir de la intensidad y la coherencia de su emisión biofotónica, llegando ha comprobar que se puede distinguir la emisión de biofotones de los vegetales frescos, cultivados con métodos ecológicos y libres de residuos nocivos.
La resonancia de ondas no se usaba únicamente para comunicar dentro del cuerpo, sino también entre seres vivos (campo morfogenético). Esto lo llevó a otra posibilidad, si podíamos absorber los fotones de otros seres vivos también podríamos usar la información contenida en ellos para corregir nuestra propia luz cuando se alteraba. Empezó a experimentar con esta idea, si algunos productos cancerígenos, podían alterar la emisión de corporal de biofotones, también podría ocurrir que otras sustancias introdujeran mejor comunicación. Inició experimentos con varias sustancias no tóxicas, pero la única que tuvo éxito fue el Muérdago. Parecía ayudar al cuerpo a «resocializar» la emisión de fotones de las células tumorales.
Para Popp la homeopatía era otro ejemplo de absorción de fotones, empezó a pensar en ella como absorbedora de resonancias. La homeopatía parte del principio de que lo similar debe tratarse con lo similar. Un remedio es diluido infinitesimalmente, al grado que llega un momento en que ya no existe ni una sola molécula de la sustancia original. Sin embargo de acuerdo a los experimentos de Benveniste (investigador Francés), el agua tiene memoria y por lo tanto a más diluida es la molécula mas potente es, porque lleva más información y además de diluida está potenciada.
Si una frecuencia corporal desordenada podía producir ciertos síntomas, una disolución muy diluida de una sustancia, que produjera los mismos síntomas también sería portadora de esas oscilaciones. Como un diapasón en resonancia, la solución homeopática podría atraer las oscilaciones equivocadas, permitiendo que el cuerpo recuperara su estado normal.
También pensó que las señales electromagnéticas moleculares podrían explicar la acupuntura. Según la Medicina Tradicional China (M.T.Ch.), el cuerpo humano tiene un sistema de canales (meridianos) por donde fluye energía invisible llamada CHI. Hay estudios científicos que demuestran que muchos puntos de acupuntura corporales ofrecen una resistencia eléctrica drásticamente menores que los puntos de piel que lo rodean (10 kilo-ohmios en el centro del punto, en comparación con 3 mega-ohmios en la piel que le rodea). Se ha demostrado que cuando estos puntos se estimulan con frecuencias bajas se producen endorfinas y cortisol, y cuando se estimulan con frecuencia elevadas se libera serotonina y norepinefrina.
Los estudios de Fritz Albert Popp y de doctores como Xiuxiu Wang y Jinzhao Huang, de la Universidad de Jinan (China), han demostrado que la estimulación de los puntos –mediante la inserción de agujas de acupuntura o el tratamiento con moxas– incrementa la emisión de biofotones a lo largo de los meridianos.
Popp tuvo la certeza de su teoría del ADN y de que la emisión de biofotones era correcta y que influía en los procesos corporales. Posterior a muchos estudios con la luz
Popp concluyó que los cuerpos y alimentos más sanos son los que tienen la intensidad de luz más baja y son más coherentes. Cualquier alteración en el sis- tema incrementará la producción de fotones. Popp agregó que la enorme cantidad de información que necesita un organismo vivo solo se puede transmitir mediante oscilaciones que vibran a la velocidad de la luz. Poniendo como ejemplo la constante renovación celular; entre 7 y 10 millones de células por segundo, las fibras nerviosas y/o líquidos son insuficientes para transmitir la información precisa que solo es posible realizar mediante receptores y emisores electromagnéticos situados en el ADN. Somos LUZ.
Concluye: La salud es un estado de comunicación perfecta, y la enfermedad un estado donde falla la comunicación. Enfermamos cuando nuestras ondas no están en sintonía (incoherencia). Puedes revisar su obra BIOLOGIA DE LA LUZ publicada en 1989.
Cromopuntura como técnica de emisión de fotones. Los científicos rusos S. Stschurin, V.P. Kasnas- chejew y L. Michailowa han confirmado con más de 5.000 experimentos que las células vivas pueden transmitir información por medio de biofotones. Según estos estudios, la intensidad de la emisión – en forma de luz coherente ultra débil, en la longitud de onda de los 200 a los 800 nanómetros del espectro electromagnético– es muy sensible a las situaciones de estrés físico o psicológico y refleja el estado de vitalidad del organismo.
El doctor Heinrich Mammes, profesor de la Universidad de Münster (Alemania), considera que la luz del Sol resulta beneficiosa para mantener la salud y la vitalidad, pero cuando existe un problema concreto es necesario un tratamiento localizado con biofotones. «La aplicación de luz brinda un aporte de vitalidad que ayuda a recuperar el equilibrio cuando las células y el organismo están débiles», explica Mammes.
Los fotones también pueden estimularse a través de las terminaciones nerviosas que los llevan hasta el cerebro. Los aparatos empleados por permiten adaptar el rango de emisión en función de la alteración que se trata.
La cromopuntura permite influir sobre la red luminosa, mediante el uso de un emisor de fotones aplicado en los puntos de acupuntura y la base cromática de la M.T.Ch.